sábado, 30 de junio de 2012

El cielo de Valencia está tomado por una espesa calima que agobia y agota. Hace mucho calor, y además el poniente que sopla estos días está trayendo una lluvia de ceniza procedente del incendio que desde ayer tarde consume buena parte de las tierras de L'Horte Sud, principalmente en los municipios de Cortes de Pallás y Dos Aguas. Todo esto pasa aquí, y aún así respiramos. Sí, hoy viernes 29 de junio, respiramos. La bolsa sube un 5,66% al cierre de esta tarde y el IBEX se sitúa en 7.102,2 puntos. Por su parte, la prima de riesgo ha caído hasta los 474 puntos cuando ayer acabó en torno a los 550. Es el efecto del primer paso serio de los gobiernos de la zona euro por detener la especuación financiera que se ceba con los países más expuestos a casua de sus altos déficits. Es posible que Rajoy y Monti hayan presionado a Merkel y cía con las escopetas cargadas, como señalan algunos periódicos, es posible. Pues me parece muy bien.
En fin, que ha sido una semana densa y tensa, pero la hemos salvado. Divar dimitió, ahogado en sus propias aguas y sin nadie que le respaldara (no es el caso de tantos y tantos que siguen mirando con soberbia a quienes les reclaman un poco de dignidad), y luego se desahogó en la Cope. Cada día salen nuevos datos del saqueo de las Cajas. La mejor noticia ha sido sin duda la de que la Fiscalía Anticorrupción ha intervenido en el caso. A esta unidad deberían subirle el presupuesto y dotarle de más personal. Hay muchos casos enquistados, cuando no tapados por el velo partidista, que piden a gritos la intervención de un organismo superior. Mientras tanto los mineros astures siguen su marcha hacia la nada (Madrid está lejos) con más críticas que apoyos. Hay un discurso intencionado y bastante repetido sobre la inutilidad de nuestras minas y los privilegios del colectivo que las trabaja que está creando mucha confusión. Por cierto, Montoro sigue a lo suyo. O sea, dando lecciones de economía de quita y pon. Hoy digo esto, mañana diré lo contrario y borra lo que dije ayer porque no me acuerdo de nada. Esperanza Aguirre fuma, y la Botella dice que ella más. La Roja barrió a Francia hasta aburrir, y después peleó bien contra nuestros queridos vecinos del oeste, que también sudaron lo suyo, y acabó ganando en los penaltis. Y no fue una injusticia. Para mí habría sido más claro aún si logra algunos de esos goles que se escaparon por los pelos en la prórroga, los mejores treinta minutos de los nuestros. Y el domingo 1 de julio la final contra otro aliado en estos tiempos difíciles, la Italia de Monti, que pasó arrollando a los alemanes. Gran final. Ánimo a todos, mineros incluidos, ¡que lo logréis!

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